Palpar con la energía del cuerpo el propio Chi que nos regala Tai chi es sentir cuanto integramos el universo, ya que somos una misma célula.
Pertenecemos al núcleo que se divide y esparce células como semillas sobre un campo de flores.Taichí une a seres con el único propósito de canalizar dichas energías, trabajando juntos.
La energía es sabia, tiene inteligencia, de esta manera logra que cada cosa este en su sitio.Solo hay que percibir e ir hacia la energía que nos hace vibrar el espíritu y sintiendo sabremos que nos dirigimos hacia la fuente de toda creación.
Una sola célula se divide para crear más vida de un mismo útero y nace una familia. Es así que muchas veces una familia decide emprender un viaje juntos, como Rossana, Pierina y su mamá Martha cuando en las clases de Taichí, las observo deslizar sus pies y elevar sus manos entre partículas del aire, llevando cada una a su propio templo su Chi.
No importa las edades, importa la energía que cada ser lleva adentro. Estas imágenes logran que piense y sienta que es una bendición contar con una familia que opta trascender esa unión de sangre para vivir como una sola energía, como una gran célula madre como lo es Taichí.
Sol Villafan
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