El Árbol de cerezo es unos mis arboles preferidos, Hoy quiero hacer mención a este árbol, ya que habían muchos en Sendai- Japón, donde sucedió el gran terremoto hace unas semanas.
Sakura, así se llama al árbol de cerezo en Japón, es venerado por este país. En invierno sus ramas están delgadas y desnudas sin colorido, pero al llegar la primavera suceden cambios en sus ramas, vistiéndolas en tonos rosados y blancos con hermosas flores delicadas y efímeras, la flor del cerezo.
Es asi que en su florecer Japón celebra la fiesta de Hanami, Hana-flores y mi-ver en japonés, destaca el significado de esta fiesta que la realizan a la sombra de sus innumerables y pacificas flores que regalan calidez y alegría celebrando juntos esta fiesta compartiendo alimentos, brindado, riendo, entregando y recibiendo vida desde esta flor tan delicada. Lo mágico de esta flor es que así como nacen mueren, ya que duran apenas una o dos semanas, el viento despeina cada rama del árbol y en el aire se ven nubes de flores rosadas y blancas deslizándose sobre el viento, marchando todas juntas para caer al suelo y desde allí, donde quedan sus semillas esperar el nacimiento de nuevos Sakura. Renacer después de haber superado obstáculos, esta es la magia que me gusta de estos árboles, en su simpleza llenan de alegría y pacifican el alma y en lo más hermoso mueren. Se dice que para los Samurai esta flor era su emblema, morían en su esplendor sin marchitarse, así lo hacían los Samurai, con el ritual de harakiri muriendo con dignidad a igual que la flor de cerezo en su breve vida.
Sol Villafan
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