Como el girar del planeta así observo cada cosa, primero un lado luego el otro captando situaciones distintas que están en el aire. La vida pasa frente a mis ojos y muchas veces no me gusta lo que veo. Es ahí que decido cada vez mirar mas y mas a mi interior, mi propio mundo para corregir lo que puedo en mi, ya que no se puede cambiar al mundo y tampoco a las personas.
Más de una lágrima se desliza por mí mirar sin entender porque suceden situaciones que llenan de tristeza mi corazón.
Sé que desde mi lugar, quizás pueda hacer reír a alguien, o darle palabras de aliento o de confianza, o simplemente mi gran abrazo que sale de mi corazón.
A veces no está en nosotros poder cambiar grandes cosas, pero si comenzar a cambiar las pequeñas situaciones y desde ahí, ya estamos sanando al mundo porque somos un todo, somos una unión.
La vida es un constante aprendizaje, hay que tener la conciencia abierta para despertar poco a poco y tomar ese aprendizaje.
Vamos a jugar con nuestro niño que yace en nosotros? Y estaremos despertando… felices porque nos encontramos, ya nada importa porque desde ahí sale esa fuerza interna, esa fuerza que es nuestra y busca la verdad que tiene poder y como una flecha se impulsa para tocar a otros y nuestros propios anhelos.
Lo sublime, el éxtasis de lo que forma cada aliento de vida estalla dentro de mi corazón hacia afuera, donde se hallan todas las cosas que hacen girar al mundo.
Granitos de arena, forman una gran piedra, hasta una montaña.
Prometo al alma de la vida transformarme desde ese granito de arena y continuar despertando, hasta volverme solida, fuerte, tangible en mi hacer de los pasos que decido emprender.
Que es un regalo? Un regalo es caminar lleno de luz y sentir que llegue, que estoy en donde decidí estar, que llegue a la cumbre del amor, del núcleo.
En el jardín de la vida las hojas se mecen en el aire y se transforman en seres con el mismo propósito que el mío y ahí pienso que todo vale la pena cuando solo actúa en nosotros el alma del corazón.
Sol
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