Hoy desperté, me levante y quería escribir en mi pagina y recordé esta frase, haz el bien sin mirar a quien. Con esta frase me crie, la decía siempre mi madre y así se formaron mis valores, fue el almohadón donde reposaba mi espíritu.
Haz el bien sin mirar a quien, cuanta sabiduría se halla en esta expresión. Las personas suelen mirar al individuo que tienen adelante y en su mente y sus palabras se crea todo tipo de conjeturas, todo el tiempo numerosas personas hacen análisis de otros seres por ver solo el caparazón que una persona puede llegar a mostrar. Mostramos muchas veces lo que otros quieren ver y no sacamos lo que somos por dentro por el miedo de no ser aceptados, por ser cuestionados, por ser censurados.
Otros quizás muestran tremenda dulzura y se comportan en la vida aparentemente intachable, pero no es la verdad de su vida, sino que encierran oscuros deseos de su alma.
Hay millones de almas en este mundo, cada quien con su forma de vida, con sus propios pensamientos. Están los que tienen todas las comodidades y aquellos que desearían simplemente un vaso de agua.
No importa lo que posea cada ser humano y quien demuestre ser. Si estamos en este mundo es por alguna razón. Las personas necesitamos de otros, siempre, nadie es autosuficiente porque todo es una cadena que nos transforma en unidad.
Haz el bien… de incontables maneras podemos hacerlo, hasta en lo más ínfimo que nos pueda parecer, para otros seria una satisfacción para su corazón.
Si mirar a quien… no importa si el que está adelante nuestro huele mal , junta basura, le falta un órgano de su cuerpo, es de otro color al de nuestra piel, habla otro idioma, tiene un cargo inferior al nuestro en su trabajo, o no tiene dinero, o tiene muchísimo dinero y tiene una excelente vida y por eso quizás digamos-para que ayudar si no lo necesita-
Lo primordial es sentir que hacemos algo por alguien y que será beneficioso para su vida. Todo ser sufre y todos nos asemejamos, hay grados mayores y menores de sufrimiento, de vida, pero eso no lo debemos cuestionar, sino aprender a dar sin esperar nada a cambio.
“Salvando un ser salvamos al mundo”, dijo una vez Mahatma Gandhi. Y muchas veces en este tiempo de mi vida recurro a las letras, a lo que me dicta el corazón y el alma como una forma pequeña de entregar lo que a mí me hace bien para compartirlo, quizás este latiendo en algún lugar un corazón necesitando al menos una palabra que haga de abrigo a su propio ser.
Sol Villafan
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